Debido al cine estamos acostumbrados al México de los interminables desiertos que hay que recorrer esquivando bandidos y traficantes, sorteando enormes serpientes de cascabel y escorpiones entre cactus y calaveras de toro, dosificando el agua pero derrochando el tequila mientras se canturrean corridos a lo largo de todo camino hacia algún lugar mínimamente habitado donde quizás encontrar algún penoso alojamiento impropio de cualquier esperanza de alcanzar umbrales mínimos de civilización y decencia.
Pero antes de bajar del avión se puede ver la ciudad de México desde el aire durante casi media hora antes de tomar tierra, como un infernal manto de estrellas caídas centelleantes, interminable y sombreado de eterno smog, insano, inhumano, inquietante desafiando cualquier concepto anterior de congregación humana, no en vano es la ciudad más extensa del mundo, un laberinto de tráfico y hormigón donde nadie escapa a la soledad, al crimen y al miedo, donde se hace muy difícil concebir la intimidad, la salud, y casi el amor, y, donde a pesar de todo ello, nadie de los que allí se aglomeran en suburbios y se hacinan en los atascos de cada día, quiere abandonar hasta la visita de la "bella muerte" algo tan venerado allá como en Egipto y que incluso ha formado religión: "La Santa Muerte" prohibida reciente por el cristero narcofresipresi.
Después de conocer México DF, Madrid era un paseo. Después de respirar el DF, Madrid me olía a jardín recién llovido.
Sin embargo mi novia (entonces) y yo pusimos rumbo hacia el sur y tan pronto como salimos del la Tlan platónica, el paisaje y las gentes cambiaron radicalmente. Apareciendo el verde desde todas partes y amaneciendo la sonrisa natural del nativo norteamericano...
Pronto el Popocatepetl (serpiente humeante) y el Iztassihuatl (la Dama durmiente) salieron a despedirnos a la derecha de la carretera, y unas pequeñas fumarolas pusieron en evidencia lo efímero y vano de las conquistas y las glorias humanas, fabricantes de colmenas y vertederos, termitas insaciables dispuestas a fagocitarse mutuamente en un caos de apresuradas idas y venidas sin moverse del lugar...
Algo más adelante, a una hora ya de la vorágine, se presentaba majestuosamente el Citlaltepetl o Pico de Orizaba (ciudad de las aguas alegres), haciendo un guiño al montañero avezado que desee acariciar sus permanentemente nevadas cumbres.
Ya me habían advertido de que mirar aquel pico puede conllevar sorpresas inquietantes. Los oriundos ya están acostumbrados y no le dan importancia al trasiego de objetos extraños que parecen adentrarse y emerger de sus estribaciones, pareciendo ser del gusto de sus tripulantes escoger los momentos en los que las nieblas y neblinas que suelen acomodarse en torno suyo, son más densas y móviles, cual mantos de algodón creados por la densa vegetación como resultado de la mágica ecuación de la fotosíntesis, que le da vida al planeta.
La ufología es aquí algo cotidiano. No hay ningún adulto que no haya experimentado algún tipo encuentro con lo extraño a lo largo de su vida. Algo más adelante la carretera empieza a serpentear en su descenso al valle de Orizaba, es una zona que llaman "las curvas de Maltrata" y que las mujeres suelen bromearte en serio cuando añaden: "que no es lo mismo que maltrátame las curvas". A lo cual yo suelo responder: "como no es lo mismo huevos con besamel que...". .
Bueno pues, se dice que estuvo un ovni estacionado en una de sus cumbres durante varios días, tranquilamente y a la vista de reporteros y curiosos hasta que emprendió el vuelo y se largó. No en vano es Orizaba la capital mundial de la ufología. Pinchen en google, pinchen.
Pero sorprendente y extraño es en aquellas tierras allende los mares, casi todo. Allá donde se mire con un poco de atención, observaremos fenómenos extraños, para poner un ejemplo bien vale la foto de la izquierda. En ella se pueden observar varias anomalías:
1.-El camión de doble remolque es típico en aquel país y hay que ver cómo corren, sin embargo la camioneta que va al lado ¡va vacía! algo inaudito, en vateas como esa suelen ir entre 5 y 25 personas, familia, policía o del tipo que sea, disfrutando de la brisa.
2.-El vehículo verde que va delante !no lleva matrícula! Es normal allí que los vehículos nuevos no se matriculen durante el primer año pues la gente tiene poco tiempo para andar con estas minucias, y hay algunos que para que el coche siga pareciendo nuevo tampoco se la ponen en el año siguiente ni en el siguiente.
3.-La carretera ¡no tiene badenes! (allá se dicen "topes") ni los consabidos hoyos también llamados "socabrones", simas y barrancos. He oído que los hacen para que las especies del futuro encuentren en ellos fósiles que les permitan un estudio serio de la biosfera de este primitivo milenio. En España se está adoptando la misma medida pues se ha demostrado que los enfermos que viajan en ambulancia por este tipo de carreteras recobran el sentido mucho antes que con los masajes cardiacos que se practicaban en las carreteras sin este tipo de sofisticaciones.
4.-La hierba crece hasta en los cables de alta tensión ¿se fijan en el cable cruza la vía de lado a lado? se pondrá más bonito cuando le salgan flores. Pero eso no es lo raro pues la selva se abre camino por mucho que nos esforcemos en destruirla, sino que si se observa el cable tal vez lleguen a apreciar un par de botas atadas por los cordones y enredadas colgando a modo de recuerdo de la típica gracia de escuela que se hace cuando a algún esforzado estudiante se le invita a que vaya a su casa andando descalzo ¿se pensaban que sólo en su pueblo se gastan estas amables bromas? Se estiman algunos ejemplares de botas en la época de la revolución cuando los cables eran para los primeros telégrafos. En los murales de Diego Rivera hay quien ha visto a Frida Calo buscando sus botas por las alturas...
Dejando bromas a un lado lo que más sorprende del México místico y rural es como dije ante su sonrisa sempiterna y despierta, su ausencia de prisas y preocupaciones, su desconocimiento del peligro y su simbiosis milenaria con la naturalez,a aunque este último punto ya se está perdiendo asesinado por las modas consumistas que llegan del norte.
Paradójicamente esa falta de prisas hace que el tiempo parezca pasar mucho más deprisa, los meses pasan volando, las niñas de un año para otro pasan de mecerse en tus brazos a imponentes señoritas que cortan el aliento cuando las sacas a bailar, y luego se casan sin apenas despedirse.
El muchacho forma una familia sin apenas haber madurado ni haber entendido la juventud por seguir una costumbre de castidad ancestral que antagoniza con el presunto carácter lascivo, impúdico y propenso a los deleites carnales de los habitantes de aquellas latitudes tropicales. Cuánta injusticia se le ha hecho a la virtud de las indias.
He aquí a mi hijo con dos de sus primos aprendiendo que la prisa es mala consejera y el descanso un fiel aliado. Sobre todo hay que hidratarse.
¿Sabían que la cerveza mexicana es de las más exquisitas que se fabrican en todo el mundo?
Esto es así porque se fabrica despacio y con todos los cuidados, y en la cadena de producción entra también el transporte. Traída así está aún más rica.
En esta otra foto se puede comprobar hasta donde llega la despreocupación. He aquí a mi hija conduciendo (manejando) sin carnet (licencia).
Esto sí que es tunning: observen el tamaño de esos subboofers y el tamaño de la gente que va dentro ¿es precoz o no?
¿Qué dirían los pescadores europeos con su preparación paramilitar de botas, sombrero y campamento de combate que preparan para abordar la terrible amenaza de la trucha pocera, si vieran a este chavalete sacar con un simple sedal y sus dos manitas de ángel, una barracuda de doce kilos?
Cosas de México...
Estas son unas niñas que vienen de hacer un recado (mandado). La pequeña trae algo para el guiso y la mayor un paquete de tabaco para su padre, no hay problema en vender tabaco a un menor, dado que allá sólo una cantidad minúscula de jóvenes son los que se ven atraídos por esta forma de recaudación y exterminio encubierta.
Otra curiosidad ¿ven el paraguas de la chica? pues no es un paraguas, en México no existe el paraguas, existe el parasol. En el estado de Veracruz donde se hizo esta foto llueve casi todos los días pero no verás un paraguas abierto bajo la lluvia porque dicen que se ve un tanto "snob", sin embargo en los días de sol los paraguas, perdón, los parasoles salen a relucir por doquiera que se mire, incluso en la sombra como es el caso de la guapa chica de la foto, que lo debe llevar abierto por si le caga algún pajarillo.
Para terminar esta primera exposición de contrastes les invito a ver un vídeo de lo que se entiende en Europa por un disciplina militar y por contra lo que puede llegar a entenderse en México. Que los disfruten.